Cocinar para uno

En un país en el que el 25% de los hogares está compuesto por personas que viven solas, no dudamos de la importancia de saber cocinar para uno. Esta tarea, aunque tiene la gran ventaja de que nos permite comer como más nos apetezca, es algo complicada, ya que es posible que nos pasemos con las cantidades o que no sepamos gestionar las sobras para evitar el desperdicio. Hoy te traemos las claves para que no vuelvas a tener que dejar la nevera llena de alimentos a medio comer.

Lo primero y más importante es planificar tu menú semanal. De esta forma, además de tener una dieta más sencilla y saludable, a la hora de cocinar tendrás todos los ingredientes a mano y todo resultará más fácil. 

El congelador es tu mayor aliado para ahorrar (en dinero y en desperdicios). Algunos productos no se pueden comprar en pequeñas cantidades, por lo que puedes cocinar en grandes cantidades y congelar el plato dividido en raciones de 1 para que, cuando tengas prisa, sólo tengas que descongelar. Eso sí, recuerda: guárdalos dos horas después de cocinarlos (no deben ni transmitir demasiado calor al congelador ni estar demasiado tiempo a temperatura ambiente, ya que se pueden estropear). Es recomendable etiquetar los envases con el nombre y la fecha de guardado del producto, para evitar confusiones. También puedes dejar congelados aderezos y salsas, listos para calentar y acompañar a otros productos congelados que se pueden preparar en 5 minutos, como los solomillos congelados de atún campos. 

Un apunte que te puede ser útil: en la nevera, los alimentos cocinados se conservan más tiempo que los crudos. 

En el caso de que no quieras utilizar el congelador, es importante controlar las cantidades: normalmente, en las recetas, no es habitual dar medidas para una sola persona, sino para entre dos y seis. Haz las equivalencias y podrás terminarte el plato.

Las conservas de atún y bonito del norte también te resultarán de gran utilidad, tanto por su larga duración (puedes guardarlas durante años en la despensa y mantendrán su calidad y propiedades) como por la variedad de tamaños: las tienes para para una persona, para 2, tamaños familiares... 

Huye de los precocinados: aunque parezcan una solución cómoda, no son nada saludables. De vez en cuando pueden sacarte de un apuro, pero no deben convertirse en algo habitual.

Huye también de las ofertas en packs familiares, especialmente si no permiten dividirlos y congelarlos para comer posteriormente. Aunque los descuentos resulten atractivos, podrías acabar tirando la mitad. 

Uno de los problemas del consumo individual es el impacto medioambiental, más elevado que en el consumo familiar. Se utilizan más envases para guardar la comida, y éstos suelen ser de plástico, un material poco respetuoso con el medioambiente. La mejor alternativa son los tarros de cristal, un material 100% reciclable. Puedes reutilizar los tarros de cristal de Bonito del Norte Campos. El gasto de energía también es mayor, procura ahorrar: utiliza cazuelas, cazos y sartenes individuales, lo más pequeñas posibles, en el fogón más pequeño y siempre con tapa, con el objetivo de no desperdiciar calor. En nuestro artículo "cocina con responsabilidad medioambiental" te traemos algunas claves más.