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11 Ago

Conservar la comida en verano

Imagen noticia Conservar la comida en verano

En verano, el descanso y el tiempo libre nos permiten ser más laxos en nuestra rutina, aunque hay costumbres imprescindibles que no debemos perder. De hecho, debemos adquirir algunas nuevas que vienen de la mano del calor y del sol, como las respectivas a la conservación de la comida, especialmente vulnerable a las altas temperaturas y cuya incorrecta manipulación puede acarrear intoxicaciones alimentarias. 

Durante todo el año, pero especialmente en verano, la nevera es nuestra aliada. En los meses de calor no solo nos ayuda a conservar alimentos que requieren refrigeración sino también los que, con temperaturas más bajas, solemos almacenar a temperatura ambiente, como algunas: patatas, cebollas, cerezas, melocotones… de esta forma evitaremos que se estropeen prematuramente.

También será el lugar donde guardar las sobras de cada comida (bien selladas y un máximo de 2 horas después de haber cocinado), y mantenerlas refrigeradas durante un máximo de 3 días hasta que las consumamos, ya que a temperatura ambiente se estropearán rápido. Por otro lado, debemos recordar que los alimentos preparados en crudo (mayonesas, merengues…), más susceptibles al calor, deben ser servidos inmediatamente, o, en caso contrario, refrigerados al momento.  

La nevera también nos ayudará a descongelar alimentos. Aunque se trata de una práctica recomendable durante todo el año, el calor es más permisivo con la reproducción de microorganismos, por lo que aconsejamos tener especial cuidado en la transición de congelado a descongelado. En este artículo podéis consultar las mejores prácticas. 

A la hora de cocinar, especialmente carnes y pescados que no hayan sido ultracongelados previamente, debemos tener especial cuidado con no dejar zonas crudas.

Por comodidad y para evitar riesgos y molestias, la opción ideal es cocinar con productos que aguanten mejor el calor (conservas de Atún y Bonito, comida deshidratada…). De esta forma, no tendremos que estar siempre pendientes de que el calor los haya estropeado y viviremos más relajados. 

No sólo es el calor, sino que la luz también estropea los alimentos. En estos meses con un sol intenso que dura más horas, debemos de tener cuidado de mantener todo tipo de alimentos bien guardados en zonas oscuras.

Por supuesto, la higiene es el aspecto más importante cuando hablamos de seguridad alimentaria. Tanto la personal (en verano nos movemos más, sudamos más, y estamos más en contacto con nuestro entorno) como la de la cocina (utensilios, zonas de trabajo…) son imprescindibles para prevenir intoxicaciones. 

Por último, recordemos que, a la hora de hacer la compra, debemos evitar romper la cadena de frío de los alimentos que requieren refrigeración: cógelos en último lugar, llévalos rápido a casa (o con ayuda de una bolsa isotérmica) y guárdalos en la nevera cuanto antes. 

Con estos consejos, unidos a una alimentación equilibrada y una buena hidratación, podremos disfrutar del verano de forma más saludable.  

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ETIQUETAS:
seguridad alimentaria, verano, alimentación
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