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16 Oct

La alimentación en la 3º edad

Imagen noticia La alimentación en la 3º edad

Con la tercera edad, la salud se hace más delicada, lo que requiere en ocasiones seguir una dieta diferente y más cuidada que la habitual. Manteniendo siempre los principios de una alimentación variada y equilibrada, debemos tomar algunas precauciones extra, de forma que se consiga mantener y mejorar la salud en la medida de lo posible, especialmente en lo relativo a enfermedades propias de esta etapa de la vida: neurológicas, cardiovasculares… Además, también hay que tener en cuenta las complicaciones en el acto de comer, como masticar y tragar, por lo que es importante cuidar no solo los alimentos que se ingieren sino también su textura y consistencia. 

A esta edad, las personas requieren generalmente de un menor aporte de calorías, debido a que su gasto no suele ser excesivo, pero, en el caso de vitaminas y minerales, se necesita una cantidad mayor con el objetivo de evitar deficiencias. 

A pesar de su gran importancia, la proteína es uno de los nutrientes que más se suelen dejar de lado en la tercera edad, ya que, generalmente, los alimentos que la contienen suelen tener texturas complicadas, como la carne. Pero abandonar el consumo de proteína es un gran error, ya que es imprescindible para el mantenimiento de la masa muscular en una edad en la que la actividad física se reduce, por lo que se recomienda adoptar la costumbre de comer alimentos ricos en este nutriente pero que a su vez sean fáciles de comer: un perfecto ejemplo es el pescado azul, como atúnbonito del norte, fácil de deshacer con la única ayuda de un tenedor. 

LA PROTEÍNA ES IMPORTANTE PARA EL
MANTENIMIENTO DE LA MASA MUSCULAR

Siguiendo con el pescado azul, a esta edad se recomienda su consumo un mínimo de 3 veces por semana. Una de las principales razones es, de sobra conocido, su gran aporte en ácidos grasos Omega3. Estos nutrientes son imprescindibles para una buena salud cardiovascular, especialmente sensible en la tercera edad debido a diferentes afecciones, entre ellas el colesterol alto, un problema generalizado entre los más mayores. Además, también es una óptima fuente de vitaminas y minerales, lo que lo convierte en un alimento de lo más completo. 

Por supuesto, este tipo de alimentación debe incluir también un control de la sal consumida, una correcta hidratación, y un control sobre las grasas saturadas: en este último caso, se recomienda consumir lácteos, pero a poder ser semidesnatados. 

SE PUEDE COMPENSAR LA PÉRDIDA DE APETITO CON PLATOS
VARIADOS, ATRACTIVOS, QUE COMBINEN COLORES Y SABORES

Un último factor a tener en cuenta, pero no por ello menos importante, es la pérdida de agudeza de los sentidos, entre ellos el gusto y el olfato, y su influencia, en ocasiones, en la pérdida de apetito. Para compensar esta deficiencia, se recomienda preparar comidas sanas, variadas, atractivas, que combinen colores y sabores con distintas especias y hierbas aromáticas. De esta forma, es posible recuperar las ganas de disfrutar cada día de un buen plato sano y variado. 

No se deben perder de vista los principales objetivos: mantener una salud buena y estable en la medida de lo posible, evitar deficiencias nutricionales, mantenerse en el peso y tratar de retardar la progresión de enfermedades relacionadas con la nutrición. Y, sobre todo, disfrutar de una buena alimentación.  

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ETIQUETAS:
salud, tercera edad, alimentación, nutrición
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